Necropsia de aves (Parte I)

La necropsia es un procedimiento muy común en medicina, tanto veterinaria como humana

En el caso de la humana es denominada autopsia, ya que se trata de la misma especie (auto = misma, de igual a igual).

Este procedimiento consiste en el examen visual y exploración post-mortem del cuerpo de un animal, es decir, un cadáver. Este tiene mucha importancia debido a que nos permite hacer una búsqueda minuciosa y con menos dificultades que en un animal vivo, de aquellas lesiones que presenta el animal, para determinar posteriormente cual ha sido la causa de la muerte.

Esta disciplina es la fuente principal de la Anatomía Patológica. También tiene otras utilidades, teniendo a su vez un valor terapéutico (permite comprobar la eficacia de un tratamiento), un valor sanitario (permite determinar y controlar zoonosis) y valor docente.

En medicina veterinaria es muy común realizar necropsias, no solamente en hospitales y centro especializados en Anatomía Patológica, sino también a nivel de campo, en la propia explotación. En el caso de las aves, en concreto de los pollos, la necropsia de campo es realmente frecuente, llegándose a realzar cerca de 10 necropsias en cada visita a la explotación, gracias a que es un método sencillo, rápido y muy útil. Incluso, en casos graves con elevada mortalidad, se sacrifican algunos de los animales que muestren los signos clínicos más representativos (y que probablemente morirán en las próximas horas) ya que de esta manera el proceso de autolisis (autodestrucción celular) no ha comenzado y evitamos posibles sesgos. En el caso del cadáver que se muestra en las fotografías, se observa un color verdoso de los tejidos. Esto se corresponde con el inicio del proceso de autolisis, por lo que el animal no sería el más adecuado para realizar la necropsia. En este caso se ha realizado debido a que el objetivo no era diagnosticar la patología, sino poder mostrar la técnica de necropsia, y este era el único cadáver disponible.

En este capítulo no se pretende dar una formación elevada en Anatomía Patológica, ya que es una materia realmente complicada y se necesitan muchos años para poder ser experto en ella, pero decidimos plantear este capítulo ya que siempre es interesante conocer como son nuestras aves, tanto en el exterior como en su interior y cuál es el funcionamiento de su organismo. Además, si decidimos no llevar a nuestro animal a un centro especializada para que realicen la necropsia, siempre será interesante realizar nosotros una necropsia, ya que, aunque en muchas ocasiones no lograremos discernir cuál ha sido la causa de la muerte, en muchas otras si que lograremos distinguir aquellos órganos más afectados. En otras ocasiones, como en el caso del hígado graso, hemorragias internas graves o algunas parasitaciones, si que lograremos saber cuál es la causa de la muerte.

Lo primero que debemos decidir es a qué ave realizaremos la necropsia. En el caso de la avicultura ornamental, las mortalidades no suelen ser altas y suelen ocurrir por gotea, por lo tanto, sería conveniente realizar la necropsia a todas las aves que hayan muerto. En caso de que tengamos que elegir entre varias aves, elegiremos aquella en la que los síntomas son más similares a los que presentan la mayoría de las aves, para intentar diagnosticar la patología de mayor importancia y evitar la muerte de más aves.

El material de la necropsia es muy simple, pero a su vez muy importante. Tiene especial importante el uso de guantes, ya que vamos a manipular, observar y tocar animales que han muerto por un patología o que estaban enfermos y estas enfermedades pueden ser zoonosis y enfermar la persona que esté realizando la necropsia. También sería interesante realizarla con bata o mono (y no emplear este material para posteriormente estar con los animales sanas), mascarilla y gafas de protección. En el momento en el que estemos realizando cortes también debemos protegernos con guantes anticorte. Respecto al material de disección que emplearemos será básico, siendo imprescindible tener tijeras, hoja de bisturí y pinzas. También puede ser útil disponer de cangrejos y demás material adicional, pero no imprescindible. Para realizar los cortes de algunos huesos también será necesario emplear tijeras de cocina o de podar. Necesitaremos disponer de una fuente de agua cercana y una tabla o superficie que nos permite cortar fácilmente y sin peligro. Pese a que tampoco es imprescindible, actualmente el material de fotografía también es parte del material de necropsia, ya que nos permite mantener información sobre el caso, compartir los hallazgos con otros profesionales ... Hay casos que en su momento no han sido diagnosticados o lo fueron erróneamente, y gracias a las fotografías han podido ser diagnosticados correctamente, incluso años posteriores.

Una vez hemos elegido el ave o las aves a las que realizaremos la necropsia individualmente. Inspeccionaremos externamente el cadáver, observando con especial interés posturas anómalas, el estado de nutrición, piel, plumas y anejos, cresta y barbillas, oficios y aperturas naturales y articulaciones.

Una vez realzada la inspección externa, comenzaremos la inspección interna.

David López-Carbonell. Universidad de Zaragoza

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